sábado, 26 de marzo de 2011

El Canto de la Certeza Perfecta

Yo, el yogui, que evoluciono por medio de mis prácticas,
sé que los obstáculos externos son sólo sombras chinescas.
Y el mundo fantasmal,
un juego mágico de la mente increada.

Al mirar hacia adentro en la mente, se ve
la naturaleza de ella, sin sustancia, intrínsecamente vacía.
Mediante la meditación en soledad, se obtiene la gracia
de la sucesión de los gurús y la enseñanza
del gran Naropa.
La verdad interna del Buda
debe ser el objeto de meditación.

Por la misericordiosa instrucción de mi gurú
entendí el abstruso significado interno del Tantra.
Mediante la práctica de la yoga que alumbra y perfecciona
se engendra el poder vital,
y se realiza la razón interna del microcosmo.
Por eso no temo los obstáculos ilusorios
del mundo exterior.

Pertenezco al gran linaje divino,
junto con inmensurables yoguis, tan vastos como el espacio.

Si, en su propia mente, uno reflexiona
sobre el estado original de la mente,
los pensamientos ilusorios se disolverán por sí solos
en el reino del Dharmadhatu;
no habrá ni quien cause aflicción ni quien sea afligido.
Un estudio exhaustivo de los Sutras
no podrá enseñarnos más que esto.

Pequeño extracto del Canto de la Certeza Perfecta

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