martes, 6 de abril de 2010

El ámbito cuántico

Una de las primeras lecciones de ciencia que nos enseñan en la escuela es que todo objeto sólido está hecho de moléculas, y que éstas están formadas por unidades todavía más pequeñas llamadas átomos. Nos explican que esta silla, aparentemente sólida, en la que estamos sentados, está hecha de átomos tan pequeños que no pueden verse sin la ayuda de un poderoso microscopio. Luego aprendemos que los pequeños átomos están formados por partículas subatómicas que carecen de solidez. Son literalmente paquetes u ondas de información y energía. Esto significa que en este segundo nivel de existencia, la silla en la que estás sentado no es otra cosa que energía e información.

Este concepto puede ser difícil de asimilar al principio. ¿Cómo es posible que unas ondas invisibles de energía e información se perciban como objetos sólidos? La respuesta es que los sucesos en el ámbito cuántico ocurren a la velocidad de la luz; y a esa velocidad, nuestros sentidos simplemente no pueden procesar todo lo que influye en nuestra experiencia sensible. Percibimos los objetos diferentes entre sí porque las ondas de energía contienen y determinan la frecuencia o vibración de diferentes tipos de información. Es como escuchar la radio. Si sintonizamos el 101.5 de FM, por ejemplo, tal vez escuchemos sólo música clásica. Si cambiamos a una frecuencia de ondas de radio ligeramente distinta, por ejemplo al 101.9 de FM, quizá escuchemos rock and roll. En función de cómo vibra, la energía está codificada para transmitir información diferente.

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